EL ILUSIONISTA

Foto por gin_able (CC Some Rights Reserved)

Esta película, pese a contar con Edward Norton como gancho, no me llamaba demasiado. Principalmente porque el cartel ya me echaba para atrás, con ese tono marroncillo en plan clásico, presentando al mago protagonista con su típica bola de cristal y flanqueado por los dos coprotagonistas. Demasiado rígido. Y, efectivamente, la película está al nivel del cartel: poco original y de lo más sosa. La típica historia de amor imposible, que nos sitúa en la Viena imperial de principios del siglo XX, donde un joven plebeyo se enamora de una noble. La vida les separa unos años, pero les vuelve a reunir cuando él regresa a la ciudad convertido en un gran mago y ella está a punto de casarse con un príncipe villano. Para adornar la historia de amor, el trasfondo político, unos trucos de magia poco creíbles y una trama pseudo policiaca. Pese a todos los adornos, sigue dando la impresión de que esta historia ya la hemos visto cientos de veces.
Neil Burger dirige y escribe lo que viene a ser su segundo largometraje. Entre el reparto, a parte de Edward Norton en el papel de mago protagonista; Jessica Biel (STEALTH, CELLULAR) como su amada, en un papel bastante soso; Rufus Sewell (DARK CITY) como príncipe malvado que antepone sus intereses a todo; y, finalmente, mencionar a Paul Giamatti (AMERICAN SPLENDOR, ENTRE COPAS) como poli al servicio del príncipe y fan del mago.
EL ILUSIONISTA no destaca ni por el guión, ni por la dirección, ni por los actores, ni tan siquiera por los efectos especiales. Aunque puedo decir que no me parece que esté mal ambientada. Se deja ver si te la ponen una tarde de sábado a la hora de la sobremesa, pero desde luego que no pagaba una entrada de cine por verla.