domingo, 24 de diciembre de 2006

ERAGON

Imagen por swruler9284 (CC Some Rights Reserved)

Sólo bastaba ver el trailer de esta película para darse cuenta de que iba a ser una bazofia, pero nos atrevimos a verla pese a todo. Resultó en muchos momentos una mala imitación de El Señor de los Anillos de Peter Jackson, con efectos especiales poco currados, protagonista deplorable y una historia más bien floja.
Eragon es un simple granjero que vive feliz junto a su tío y su primo... Por pura casualidad (algunos lo llaman destino) llega a sus manos un extraño objeto ovalado que resulta ser un huevo a punto de eclosionar. Ante su sorpresa nace ante él un dragón, un animal legendario que pertenece a un mundo que fue mejor y que el chico va a intentar recuperar enfrentándose si es necesario al mismísimo rey Galbatorix, el tirano que reina su mundo. Pero este tirano, consciente del peligro que entrañan el caballero y su dragón, no se lo va a poner fácil.
Edward Speelers es Eragon. No sé qué han visto en él para darle el papel protagonista: el típico americano que, además de poco agraciado, parece bobo y no tiene ni una pizca de carisma. Le acompañan la guapísima Sienna Guillory en el papel de princesa elfa; Jeremy Irons como el típico instructor que da al héroe ese pequeño empujón que necesita; John Malkovich en el papel de tirano malvadísimo y Rober Carlyle como "Sombra", su secuaz, tan maquillado que ni le he reconocido; y Garrett Hedlund como coleguilla de Eragon, al que personalmente le hubiera dado el papel de prota mucho antes que al soso de Speelers.
La primera película de lo que amenaza ser una trilogía está dirigida por Stefen Fangmeier, un tipo que se estrena aquí como director y que hasta ahora estaba más dedicado al tema de los efectos especiales (TWISTER, CASPER, LA TORMENTA PERFECTA, SEÑALES...)
Lo dicho: una peli de fantasía con un guión muy flojo, personajes planos, llena de tópicos, pobre en efectos especiales, con una estética bastante cutre, una fotografía paliducha y sin actores que destaquen por sus interpretaciones. Te acabas riendo por no llorar. En lo que al dragón se refieren, no está mal durante los escasos minutos en que es un bebé, ya como adulto pierde todo su atractivo. Se nota que está hecho por ordenador a la legua. Además, al menos en su versión doblada al español, la voz que le ponen resulta poco convincente (en la versión inglesa es Rachel Weisz quien le presta su voz). No me voy a molestar en ver las dos siguientes.

sábado, 9 de diciembre de 2006

CASINO ROYALE

Foto por Stefan0 (CC Some Rights Reserved)

Hace tan sólo unos meses no teníamos ni idea de quién era Daniel Craig y últimamente nos lo hemos encontrado hasta en la sopa. Es el nuevo James Bond y había que conseguir que su rostro nos fuera familiar antes de que CASINO ROYALE llegara a la gran pantalla. Le conocimos en THE JACKET, donde interpretaba a un loco en un papel secundario, y más tarde le vimos haciendo de hombre duro en MUNICH y en LAYER CAKE; finalmente en el papel protagonista de la notable EL INTRUSO. Su físico no me llama mucho, pero como actor está bien y creo que el papel de James Bond le viene al pelo.
CASINO ROYALE nos cuenta la primera misión del espía James Bond, que debe impedir que un malvado gane una partida de póker para financiar el terrorismo internacional. Es una versión más moderna del espía, en la que al héroe le duelen los golpes y ya no es el típico caballero inglés al que nos tenían acostumbrados. Es algo más parco en palabras, menos sutil y comete errores porque se deja llevar por los sentimientos. Como en todas las pelis aparece Judi Dench en el papel de "M", la jefa del espía. Sin embargo, prescinden de otros elementos como esos artilugios extraños que salvaban al héroe cuando parecía que todo estaba perdido. En el reparto también destacar al danés Mads Mikkelsen (WILBUR SE QUIERE SUICIDAR, PUSHER) encarnando al malo malísimo; a Giancarlo Giannini para el apoyo logístico del protagonista; y las inevitables chicas Bond: Caterina Murino y la guapísima Eva Green (EL REINO DE LOS SUEÑOS, SOÑADORES), que consigue darle perfecta réplica al protagonista.
Un buen producto de entretenimiento a fin de cuentas, con sus escenas de acción bien rodadas, sus momentos cómicos... Hacia el final es cierto que se te hace un poco larga, pero se perdona.

miércoles, 6 de diciembre de 2006

DEJA VU

Foto por adropp (CC Some Rights Reserved)

Iba al cine con la ilusión de ver una buena peli de Tony Scott (DOMINO, EL FUEGO DE LA VENGANZA, JUEGO DE ESPÍAS, ENEMIGO PÚBLICO...) y la verdad es que me he llevado un buen chasco. La historia está ambientada en Nueva Orleans, donde un terrorista pone una bomba en un barco lleno de marineros y familiares, ocasionando un número importante de bajas. Tras describir el desastre inicial, nos presentan a Denzel Washington como un agente de la agencia norteamericana para el control del alcohol, tabaco y armas. Un equipo especial de la poli considera que puede ayudarles en la resolución del caso al conocer la zona en la que se ha producido el siniestro. El protagonista se siente especialmente motivado para resolver el caso, dado que un amigo suyo ha muerto en el atentado y porque siente especial interés por una mujer muerta una hora antes del atentado, que puede ser la clave para resolverlo.
Además del mencionado Denzel Washington, cuyo personaje no me gusta demasiado, por ser el típico poli listillo que aburre; aparecen otros actores conocidos como Val Kilmer, que parece aquí un auténtico armario, con un papel breve de poli, en el que no destaca demasiado; la guapísima Paula Patton como esa víctima por la que el prota toma un interés que rebasa lo profesional; James Caviezel (LA PASIÓN DE CRISTO, FREQUENCY, LA DELGADA LÍNEA ROJA) como terrorista pirado... Y alguna cara conocida más, pero ninguno que destaque especialmente.
Esta es una peli con trama policial de lo más corriente, que incide en el drama del terrorismo con una larga escena introductoria que muestra el antes y el después del atentando: con esas personas corrientes (niños, padres, abuelos) subiendo al barco con ánimo de fiesta, pero que tras la explosión son desesperación e impotencia. Algo ñoño, pero supongo que con su lógica. Luego la resolución del caso. Pero quieren ser originales y no les basta con hacerlo con el simple ingenio del protagonista, no les da la imaginación para ello. Se sacan de la manga una máquina del tiempo y te dejan boquiabiertos porque no te puedes creer que te lo estén contando así y que se queden tan anchos. Después de eso ya todo es posible, hasta una persecución en que hay cuatro días de diferencia entre el perseguidor y el perseguido.
En fin, una muestra de la falta de imaginación de los guionistas y la desesperación de muchas productoras por vender a toda costa. Lo que acabo de entender es cómo Denzel Washington lee un guión así, que no hay por dónde cogerlo, y acepta trabajar en el proyecto.

sábado, 2 de diciembre de 2006

DEINE LAKAIEN EN LA SALA CARACOL


El domingo 26 de noviembre la Sala Caracol se vistió de negro para acoger a los alemanes DEINE LAKAIEN, unos clásicos de la música gótica. Ellos son Alexander Veljanov (cantante) y el multiinstrumentista Ernst Horn, que desde 1985 han editado más de una docena de discos juntos. La mayor parte del público, compuesto principalmente por treintañeros, esperaban divertirse bailando con sus temas electrónicos de toda la vida, pero lo que nos ofrecieron fue un concierto acústico: voz y piano, sin más.
Cuando el dúo salió al escenario, la sala estaba bastante llena. Durante la hora y media que duró su espectáculo dieron un repaso a su extensa discografía tocando temas como Love me to the End, Dark Star, Ulysses... reducidos a una mínima expresión de sí mismos. No dudo de que se trate de una apuesta algo arriesgada, cosa que tiene su mérito, pues han querido ofrecer a su público algo diferente. Pero al final creo que todos hubiésemos preferido al menos algún instrumento más en unos temas que así quedaban algo cojos. Porque el pop ya es simplón de por sí y no conviene que las canciones pierdan ninguno de sus elementos si no están hechas para ser tocadas así: una cosa es la música de The Dresden Dolls, que con batería y piano se basta, y otra bien distinta la música de Deine Lakaien, que pide más instrumentación.
Verles de pie se hizo un poco duro: más de alguno habría agradecido una silla para sentarse. También unos unos visuales habrían venido bien para amenizar la velada.
Alexander Veljanov nos demostró que era todo un personaje, que agradeció en todo momento la entrega de un público que aplaudía entusiasmado entre tema y tema. En cuanto a Ernst Horn, además de tocar muy bien el piano de cola, nos dejó bien claro hasta qué punto este es un instrumento de percusión cuando se dedicó a aporrear su interior con una baqueta.
En fin, lo dicho, fue curioso, pero muchos nos quedamos con las ganas de bailar.