martes, 20 de noviembre de 2007

FRACTURE

Imagen de King of Hiking (CC Some Rights Reserved)

El dueño de una empresa aeronáutica, casado con una hermosa mujer mucho más joven que él, descubre que ella le engaña y decide acabar con su vida. Para el joven fiscal que se ocupa de la acusación (a punto de dejar su cargo para trabajar en un importante bufete de abogados) este último caso, que acepta con poco entusiasmo, le parece pan comido. Pero descubrirá que se enfrenta a un crimen perfectamente planeado, donde las pruebas incriminatorias se revelan muy endebles. Lo que parecía un caso muy fácil se convierte en lo que podría acabar con la brillante carrera de una joven promesa.
Como peli de juicios, tiene como novedad, que no tienes duda en ningún momento de la culpabilidad del acusado. El interés está en ver cómo se las ingeniará el fiscal para meter en la cárcel a un tipo tan malvado. La originalidad no va mucho más allá de eso, pero por lo demás, es una película que entretiene. Un poco de intriga, una pizca de romance, la extraña relación entre acusado y fiscal (recuerda un poco a la de Lecter y Starling en El Silencio de los Corderos), ese típico momento en el que el personaje se plantea si poner por delante su carrera o la ética profesional (a veces en América ganar no lo es todo)... son otros elementos de esta historia dirigida por Gregory Hoblit (Frequency, La Guerra de Hart...).
El protagonista está interpretado por Anthony Hopkins, que no discuto que sea buen actor, pero que repite un poco el personaje para mí gusto; frente a él Ryan Gosling como fiscal, que me recuerda a Edward Norton en sus buenos tiempos, aunque quizás un poco más blandengue; Embeth Davidtz encarna a la esposa del crimen pasional y Billy Burke a su amante; finalmente mencionar a Rosamund Pike en el papel de joven abogada interesada por el personaje de Gosling y al eterno segundón, nuestro amigo Cliff Curtis en uno de sus papeles de poli (últimamente nos lo encontramos hasta en la sopa, pero no me extraña, es un buen secundario).
Digamos que la película no es nada del otro mundo, pero tampoco es pretenciosa. Para pasar un rato está perfecta, pero siempre que no tengamos grandes expectativas. Lástima que el final esté resuelto de una forma un tanto pobre.