CLAP YOUR HANDS AND SAY YEAH + DR DOG

Los norteamericanos Clap Your Hands and Say Yeah consiguieron que la Sala Heineken colgara el cartel de "entradas agotadas", tenía al público en su bolsillo antes de pisar el escenario y un buen disco con un pop fresco y alegre que esperábamos que nos hiciera bailar a muerte. Y podría haber sido así si no fuera porque son unos sosos, tocan fatal y tienen un cantante con bastante poco carisma. Como alguien comentó, quizás necesiten diez años para madurar un poco. Ahora mismo son simplemente decepcionantes. Su música ni mucho menos a la altura del disco, a veces suenan a música de feria, alargan los temas donde no hay nada que alargar y la voz del cantante deja algo que desear.
Sus teloneros, Dr Dog, tampoco fueron gran cosa. Venían con sus gorras de lana, sus camisas a cuadros... y hacían pensar en ese grupo que toca en una sala de fiestas vacía en la que baila tan sólo una triste pareja de ancianos. Pop insulso, sin melodía... Te preguntas por qué alguien se digna a traerles hasta aquí desde Estados Unidos, mientras que hay bandas tan buenas por ahí que no pueden ni publicar un disco y terminan perdiéndose en el anonimato. La industria del disco es como la vida misma, no hay quién la entienda.