viernes, 9 de diciembre de 2005

SAW II

A un grupo de desgraciados, porque no se les puede llamar de otra forma, les encierran en una casa abandonada para participar involuntariamente en un juego macabro. Les cuentan que el aire que respiran contiene un gas que les matará en un par de horas a no ser que encuentren antes las inyecciones con el antídoto que puede salvarles. Sangre a raudales, tripas y lo que haga falta para conseguir que apartemos la vista asqueados o que ríamos ante las ocurrencias de los guionistas (depende del sentido del humor que tenga cada uno).
Para el que haya visto SAW a secas, más de lo mismo pero sin llegar a la altura, como es habitual en las secuelas. Aparte de que la historia no tenga la originalidad de la primera, los actores parecen sacados de una teleserie: no me gusta ni el poli cabreado barra atormentado, ni el malo malísimo, ni la poli guapa, ni los propios prisioneros aprisionados en la típica casa que les guarda sorpresas inesperadas.
La gente sabía a lo que iba, así que en general disfrutaron de la peli, pero, ya os digo, a mí no me pareció nada del otro mundo.

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