viernes, 12 de enero de 2007

BABEL

Imagen por Wolf Gang (CC Some Rights Reserved)

Un desgraciado accidente en el desierto de Marruecos es el nexo de unión entre los personajes de una historia que se desarrolla también en Méjico, Estados Unidos y Japón. Sus protagonistas sufren todo tipo de infortunios: una turista norteamericana a la que disparan en un viaje por Marruecos, los dos niños marroquíes culpables de este incidente, una mejicana sin papeles a la que se le ocurre cruzar la frontera para ir a su país llevándose consigo a dos niños norteamericanos que no son sus hijos y a los que pierde en el desierto, una adolescente japonesa que busca el amor de la forma equivocada. Babel es incomunicación, mala suerte, globalización... y dos horas y pico de película insulsa en la que no pasa gran cosa.
Brad Pitt (con bolsas en los ojos y cara de cansado) y Cate Blanchett (muy dolorida) interpretan a los turistas norteamericanos. De los actores árabes ni hablo, porque no me parecen gran cosa. La parte de la historia que más me gusta es la que nos sitúa entre Méjico y EEUU, pues al menos nos muestran una boda mejicana y tiene algún punto gracioso, aunque los personajes se comporten de forma algo penosa y poco creíble: Adriana Barraza, que va de llorona, es la encargada de cuidar a los niños de los protagonistas (Elle Fanning entre ellos) y Gael García Bernal (muy fiestero) es el que la acompaña en la alocada aventura en la que se convierte la asistencia a una simple boda, que acaba en persecución policial y paseo por el desierto. En Japón, finalmente, nos encontramos, algo más descolgados, al primer propietario del rifle que hiere a la norteamericana en Marruecos y su hija. Él es un viudo (triste), interpretado por Kôji Yakusho, que no se entiende con su hija (Rinko Kikuchi), una adolescente desesperada por sentirse querida, más sola que la una... y encima sordomuda.
Alejandro González Iñárritu (AMORES PERROS, 21 GRAMOS) dirige esta película en la que las tres historias se van intercalando sin seguir un orden cronológico, de hecho el final de la historia enlaza perfectamente con el principio de la misma.
No me ha gustado por la misma razón por la que no me gustó CRASH, por ese cúmulo de personajes desdichados envueltos en historias treméndamente dramáticas que me hacen pensar que vivimos en un mundo de locos en lo que nada tiene sentido.

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