viernes, 30 de junio de 2006

SANTANDER SUMMER FESTIVAL

Stereo MC's durante su actuación en el Santander Summer Festival

El sábado 24 de junio se celebraban simultáneamente el Metrorock en Madrid y el Santander Summer Festival en Cantabria. Que alguien me explique por qué los madrileños disfrutaron de la hierbecilla del Parque Juan Carlos I y sin embargo nosotros, estando en el Norte, andábamos metidos en una especie de secarral que gracias a unas condenadas gotas de lluvia se convirtió en un hermoso barrizal.
Llegamos en torno a las ocho de la tarde, cuando CYCLE, esta gente que hace música electro bailona, terminaban su actuación en el escenario principal. Sin el cantante neozelandés Luke Donovan ya no son lo mismo y a la China Patino no la trago desde que presenta el programa musical ipop en La2. Ya les hemos visto un montón de veces, era más de lo mismo.
Un poco después, en una de las carpas, nos encontramos sobre el escenario a los británicos STEREO MC'S, cuya actuación superó a la que presencié el pasado febrero la Fiesta Heineken de San Valentín. Ya para empezar tenían dos cantantes femeninas en lugar de una, e incluso compaginaban los coros con una coreografía que tenía su gracia. En cuanto al cantante principal, Rob B., sigue siendo todo un personajillo digno de ver. Hacen una mezcla de trip-hop, rap... y son de lo más bailable del mundo.
Los norteamericanos BLACK EYED PEAS, evidentemente en el escenario grande, eran uno de los atractivos de la oferta de ese día. Entre los cuatro cantantes un latino que se encargó de las relaciones públicas, un par de afroamericanos y la chica guapa que canta mientras hace la voltereta lateral sin soltar el micro. Hacen un espectáculo divertido, muy yanqui, con el que no pretenden otra cosa que hacer bailar al personal.
A continuación había que decantarse por los aburridos PET SHOP BOYS o por ZOOT WOMAN. Evidentemente vimos a los segundos, con lo que de vuelta a la carpa. Un grupo poperillo con chica al teclado incluído. Reconozco que no me impresionaron.
Para mí el festival acabó con THE PRODIGY, que siempre son puro espectáculo y cumplen con las expectativas de su público, que va a saltar, bailar y lo que haga falta. Luego la fiesta siguió hasta altas horas de la madrugada.
Público hubo bastante, al menos más que el viernes. El sonido deficiente: a veces muy bajo, otras simplemente malo. Los servicios quizás algo insuficientes. Puestos de comida y bebida cuyo pago se hacía con los habituales tickets. No es un festival que destaque por su brillantez y es posible que el próximo año prefiera quedarme en Madrid disfrutando del verde y del buen hacer de la gente del Metrorock.

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