viernes, 24 de abril de 2009

Abril No Tan Cruel: Gente Poco Corriente

Sala: El Planeta de los Wattios
Ciudad: Madrid

Segunda edición de este original e interesante festival sin ánimo de lucro

En el año 2008 unos chicos decidieron montarse un festival cuya primera edición se celebró a lo largo de tres días en la Sala Dink (Madrid) y en el que se propusieron juntar elementos como la música, el arte y la literatura. De hecho, el propio nombre del evento está sacado de un fragmento de una obra de T.S. Eliot según el cual “Abril es el mes más cruel: engendra lilas de la tierra muerta, mezcla recuerdos y anhelos, despierta inertes raíces con lluvias primaverales…” Si en la edición del 2008 la temática del festival giró en torno a La Divina Comedia, este año el grupo de artistas Dès Interés se ha encargado de una escenografía inspirada por la obra decadentista “A Contrapelo” de Joris-Karl Huysmans.

Llegué a la sala el viernes en torno a las nueve y media de la noche. Nada indicaba que fuera a celebrarse un festival en el número 53 de la calle Sorgo, donde apenas había un cartel junto a una puerta desvencijada. Tras atravesar un patio bastante cutre, te encontrabas con una segunda puerta teniendo la sensación de que iban a pedirte una contraseña para dejarte entrar. Tras superar un pequeño trámite para la compra de la entrada, entrabas por fin en una nave pequeña, con un aforo lejos de estar completo, sobre cuyo escenario ya se encontraba cantando la canadiense Ora Cogan, únicamente acompañada por su guitarra, pero con la suficiente presencia como para que no echáramos en falta más instrumentación. La joven cantaba temas poperos de carácter intimista con una voz que recordaba mucho a la de My Brightest Diamond. Se despidió tocando una canción junto a dos de los componentes del grupo tejano Balmorhea, que tocaban justo a continuación.

Balmorhea (en la foto) eran probablemente los más esperados de la noche. Un grupo numeroso cuya particularidad consiste en contar entre sus miembros con una violoncellista, un contrabajista y una violinista. Hacen postrock instrumental, aunque a veces dejen sonar sus voces en plan coral. En general sus temas eran muy tranquilitos, por lo que destacaban las subidas ocasionales, que el público acogía con entusiasmo. Me gustaron aunque de a ratos me resultaron un poco sosos. Les siguieron los Icy Demons, un cuarteto de Chicago que nos hizo bailar desde el primer momento, gracias a esa mezcla explosiva de ritmos brasileños, con funky y hip-hop. Contaban con dos teclistas, un batería y un cantante muy simpático que empezó su actuación cantando entre el público y que después de a ratos nos tocaba también el contrabajo.

En torno a la medianoche salió al escenario el dúo español Líneas Albies, cuya cantante y teclista parecía un calco de la China Patino y que al igual que Cycle hacen música electro, pero del malo. Me pareció tan patético escucharles cantar su “Fucking USA”, después de haber visto a dos buenos grupos norteamericanos, que decidí que era buen momento para marcharse.

El segundo día del festival había aún menos asistentes que durante el anterior. Cuando entré en la sala a eso de las ocho y media, me encontré sobre el escenario al trío Tubular Balls, haciendo “noise”. No es un tipo de música que entienda, pero no me parecieron mal. Tras ellos, las británicas Ray Rumours, acompañadas por unos amigos madrileños para la presentación de sus canciones poperas y alegres. La cantante, que hablaba español, logró ganarse la simpatía del público, que pasó un buen rato escuchando un pop sin grandes complicaciones.

Sin duda, lo que más destacaría de ese día fue la actuación de los noruego-irlandeses Thinguma Jigsaw, un dúo de lo más peculiar que no sólo prefirió tocar entre el público, sino que prescindió de altavoces haciendo un concierto auténticamente acústico. Los focos del escenario fueron sustituidos por otros diminutos, con los que uno de los técnicos de la sala se curró los efectos manualmente. El cantante, Seth Buncombe, cantaba con voz temblorosa al tiempo que tocaba el banjo y la jovencita Martha Redivivus tocaba la sierra, la flauta y la melódica. Los dos en todo momento muy solemnes e intepretando temas muy oscuros (algo así como “We are Doomed”, “We love Death”, “Jack the Stripper”) pero siempre con humor y logrando un sonido muy peculiar.

Los siguientes en subir al escenario fueron el trío portugués Gala Drop, compuesto por dos teclistas y un batería. Nos ofrecieron un concierto con pop psicodélico y bastante original. Destacaría el trabajo del batería, aunque la música se me hizo algo monótona. Finalmente, el trío madrileño Rosvita, los más cañeros del festival, con un rock muy guitarrero al ritmo frenético que marcaba el batería.

Tras los conciertos del segundo día del festival aún había más: una sesión de Djs que duraba hasta las seis de la mañana. Así se cerraba un evento que me ha dejado muy buen sabor de boca tanto por lo variado de la propuesta, como por la calidad de los grupos y las ganas que le han puesto los organizadores, que se lo han currado pese a la falta de medios, consiguiendo que los grupos estuvieran cómodos y que sonaran muy bien. No hay duda de que si hay una tercera edición, estaré allí para verla.

Foto por Pamp (CC Some Rights Reserved). Más fotos pinchando aquí.

Entrada original aquí.

1 comentario:

Alex dijo...

Jo que guachis!!!