sábado, 25 de agosto de 2007

CAÓTICA ANA

Imagen por Idealterna (CC Some Rights Reserved)

La última película del director español Julio Médem se llama CAÓTICA ANA y cuenta la historia de una joven pintora criada por su padre tras abandonarles la madre. Es un espíritu libre que ha vivido siempre en contacto con la naturaleza, pero en cuyo camino se cruza una mecenas francesa que le ofrece la oportunidad de trasladarse a Madrid para desarrollar su talento como artista. Allí reside en una escuela donde conoce a otros jóvenes con sus mismas inquietudes. Traba amistad con una andaluza llamada Linda, que se convertirá en su mejor amiga, y también conoce a quien será su primer amor, un joven saharaui bastante poco accesible, que la hunde en la miseria cuando la abandona sin dar explicaciones. Ana trata de superar el dolor y de encontrarse a sí misma para seguir adelante.
Julio Médem es uno de mis directores favoritos, responsable de películas como VACAS, LA ARDILLA ROJA, TIERRA, LOS AMANTES DEL CÍRCULO POLAR o LUCÍA Y EL SEXO. Sus historias son siempre muy personales y nos acercan un universo único y muchas veces poético, que me deja cautivada. Pero CAÓTICA ANA no llega a la altura de las anteriores. Tiene buenos momentos e imágenes muy bellas, pero es irregular y tiene un guión que flojea bastante, haciendo que la historia pierda fuerza hasta dejar de interesarnos al irse un poco de varas.
El personaje de Ana está interpretado por la guapísima Manuela Vellés, que tiene una sonrisa muy bonita y un cuerpo increíble, pero que como actriz es bastante sosa; en el papel de su amiga Linda, la cantanté Bebe, que al menos da el pego y está graciosa con su acento andaluz; Charlotte Rampling, desbordando personalidad, como mecenas de los jóvenes artistas; Nicolás Cazalé encarnando al hombre atormentado del que se enamora la protagonista, muy exótico; Matthias Habich, como el padre de Ana, etc.
Pese al reparto internacional y los exteriores, rodados en playas magníficas o incluso en paisajes desérticos de Estados Unidos, la peli no deja de ser más que una obra menor. La verdad es que es una lástima, pue esperaba más de ella. Sin embargo, confío en que Médem vuelva a sorprendernos pronto.

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